Reconstrucción del paisaje a través del artificio
- publicado por Veronica Domínguez Sánchez
- Categorías Construyendo paisajes
- Fecha mayo 11, 2020
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INTRODUCCIÓN
Habiendo recorrido ya diferentes tipos de estrategias que asumen la relación del binomio hombre-naturaleza y, bajo unos parámetros de
mímesis conceptual de la experiencia, nos adentramos ahora en un breve análisis de propuestas que inciden en la recreación de la naturaleza artificial a partir del paisaje perdido.
Cuanto más se ha alejado la naturaleza de nuestra vida real, más se han dedicado los artistas a presentarnos sustitutos de la naturaleza, como si fueran reliquias de la memoria, para concienciarnos acerca del abismo cada vez más grande entre el ambiente tecnificado y la relación perdida entre ambos.
GIUSEPPE PENONE
Ser río (1981), de Giuseppe Penone (Italia, 1947) protagoniza el compromiso del artista por devolverle algo a la naturaleza. La obra constituye una metáfora del paso del mundo natural al mundo de los objetos del mundo cultural
En esta obra, el artista reproduce a la perfección la erosión de la naturaleza sobre la piedra. A través de la extracción de su huella realiza un registro de la memoria de la piedra. Una memoria condensada en las impurezas de la caliza que conserva el recuerdo de una vida anterior. “La piedra constituye el soporte privilegiado de las representaciones antropomórficas, mármol-carne. Penone nos presenta sus mármoles como un espejo en el que se vuelcan nuestros sueños de eternidad, nuestros sueños de una carne incorruptible, de un tiempo detenido; o más bien de un tiempo más en consonancia con el del universo.”*1
El artista pertenece al grupo Póvera de finales de los años sesenta.
Creado por mediador del crítico de arte Germano Celant, (Michelangelo Pistoletto, Govanni Anselmo, Eva Hesse, Mario Merz, Giuseppe Penone, Luciano Fabro, …), se definían por ser un movimiento reaccionario contra el arte de la sociedad del consumo como el Pop Art. Sus métodos de creación incluían materiales poco usuales en el arte, tales como elementos orgánicos y perecederos, que ocasionaban, a veces obras efímeras. Esta práctica artística surge de la acción de combinar elementos naturales e industriales, ofreciéndonos una nueva relación entre el material, la obra y su proceso de fabricación. En las obras adscritas a este arte se interacciona el objeto con el paisaje que lo entorna y contiene bajo la idea de un orden establecido.
Penone se sirve de descortezamientos y gestos vegetales, para la construcción de sus obras. El artista realiza incisiones, presiones y deformaciones para subvertir y alterar la naturaleza mediante la imposición de un orden humano al caos natural. Su trabajo se basa en una observación meticulosa de la naturaleza, que nos propone una reflexión sobre el hombre y el cosmos y su capacidad de creación.
El artista parece ser que se hace eco de esa dominación sobre lo natural.
Al intentar imponer su orden al caos, se desliga de comportamientos poéticos de respeto a la naturaleza y se entronca ligeramente con aquellas que apuestan por la dominación de sus elementos. Su campo de acción comprende también aspectos referidos al paso del tiempo. Con sus obras, intenta captar ese tiempo biológico que subyace tras cada elemento, lo hace visible y lo materializa. Para Penone, “la naturaleza (el río, la piedra, el árbol) es arte y el hombre es artista en tanto que es naturaleza, en tanto que repite los comportamientos escultóricos de la naturaleza. El hombre no es espectador o actor sino simplemente naturaleza” escribe en la introducción a Respirar la sombra *2, el libro que recoge sus textos desde 1967 hasta 1998.
En su serie de árboles rescatados del interior de vigas de madera, Penone la devasta para sacar el tronco que algún día fué. Esta obra
supone un ejemplo de reconstrucción de lo natural a través del artificio y asume unos propósitos de mímesis del modelo original de naturaleza y su recreación artificial.
Heidegger ha señalado que la técnica es el modo propio del hombre moderno para desocultar la naturaleza, un desocultamiento que entraña la
violencia de su explotación. En la dialéctica naturaleza y artificio se crean naturalezas falsas para reemplazar las destruidas. Imágenes que funcionan como estereotipos o memorias de un estado ya pasado e irrecuperable. Los artistas presentados en este capítulo serán los encargados de otorgarnos diferentes interpretaciones, cuya temática se basa en un intento de reconstrucción de los elementos integrantes de esta naturaleza perdida y técnicamente artificada.
FERNANDO CASÁS
Fernando Casás (Vigo, 1946) reflexiona sobre la memoria y el paso del tiempo de la naturaleza, a través de metáforas sobre la quiebra de las fronteras entre naturaleza y cultura. La obra Molde de hormiguero (1968), establece claras referencias a ese intento por captar los procesos invisibles que se ocultan en la naturaleza.
Se trata de investigar las propiedades de los materiales así como encontrar su lugar de origen.
NACHO CRIADO
Estas concepciones unidas a la inserción del paso del tiempo nos la desarrolla Nacho Criado (Jaén, 1943 – Madrid, 2010) a través de sus
obras en donde introduce termitas. Su herramienta es la memoria y su objetivo, encontrar la identidad del territorio.
EVA LOOTZ
(Viena, 1940), también nos lo muestra en sus piezas. A la artista le interesa más que la propia obra realizada, el molde o hueco donde se había encontrado el material. Aquí se trata de configurar un lenguaje que se centre en los procesos y en los aspectos físicos visibles de la materia.
ADOLFO SCHLOSSER
La idea de creación de elementos orgánicos imaginarios nos la ofrece Adolfo Schlosser (Austria, 1939 – Madrid, 2004). Una obra realizada en 1976 Sin título, realizada con piel de cabra y varilla de hierro, es un ejemplo de ese tratamiento de los materiales naturales.
Mediante su combinación con materiales industriales nos enseña diferentes morfologías aprehendidas del paisaje, en donde nos resalta sus propiedades específicas. El artista se inspira en formas puras de la “naturaleza“ y extrae materiales de ella para emplearlos en la construcción de sus piezas.
CHRISTIANE LÖHR
(Alemania, 1965), también recoge materiales durante sus paseos y después los estudia meticulosamente para crear unas estructuras ordenadas de los elementos de la naturaleza. Su obra es un ejemplo de confrontación entre lo efímero y lo duradero.
A partir de la materia vegetal que recoge, como hojas, semillas y flores, la artista realiza construcciones estructurales que ella misma define como pequeñas arquitecturas. Sus objetos son suaves y frágiles y se presentan como si fueran reliquias de la memoria.
Las formas que recrea mediante un proceso meticuloso, combinan el orden natural de la naturaleza con el orden planificado de su imaginación., dando lugar a recreaciones poéticas de la naturaleza artificial.
ROXY PAINE
(EE.UU, 1966) también se mueve en el contexto del ámbito natural – artificial. Sus simulaciones de los fenómenos naturales
demuestran el intento humano para imponer el orden en las fuerzas naturales.
En sus obras naturalistas, el artista realiza reproducciones exactas de objetos naturales como los hongos o plantas.
En la imagen de la izquierda, se muestra un campo de hongos que aparecen como si estuvieran brotando del suelo de la galería. El género
Amanita representa un grupo de psicoactivos y hongos que son venenosos para el ser humano si son ingeridos. En sus obras adscritas a
la temática de la botánica, el artista a menudo nos recrea réplicas de plantas tóxicas o que han sido utilizados con fines experimentales o como drogas alucinógenas. La delicada belleza de estas esculturas, nos sugiere de nuevo, que en la actualidad, toda belleza natural es completamente falsa.
Mediante el recurso de observación meticulosa de la morfología de crecimiento de los árboles, nos recrea especies de árboles de ficción.
Malestorm se instaló en la azotea del Museo Metropolitano de Nueva York, situado junto al Central Park neoyorquino en el 2008. Se trata de un enorme árbol metálico de más de 39 metros de largo, casi 14 metros de ancho y siete toneladas de peso. El título de la obra se traduce en Remolino y se presenta en su forma como algo que escapa del control humano emulando una espiral demoledora.
Malestorm forma parte de la serie Dendroids, compuesta por cinco árboles construidos en su totalidad a partir de materiales industriales. La pieza en cuestión está elaborada con más de 10.000 piezas cilíndricas de acero distribuidas en 80 bloques diferentes.
El artista toma como referente una identidad natural y nos la traslada al proceso industrial que da lugar a esta naturaleza artificial.
JORGE MAYET
Algo similar ocurre con el artista cubano Jorge Mayet (1962) a través de sus réplicas de árboles imaginarios, vegetales y otros objetos naturales.
Mediante el empleo de cable eléctrico, papel, tela y acrílicos nos recrea realidades miniaturizadas que tienen que ver con la representación de la naturaleza a través de la imaginación y la memoria. “Crear esculturas aéreas es un desafío, pero con ello quiero transmitir la idea de que todo es frágil, que vivimos pendientes de un hilo, que siempre estamos en el aire“.*3
Estas piezas son réplicas de árboles imaginarios, al igual que Paine, ambos nos representan a la figura de los árboles bajo diferentes perspectivas. Ya sea a través de una fragilidad miniaturizada de los elementos como es el caso de Mayet o representaciones de corte más industrial. Sus obras nos invitan a mirar, para comprender, respetar y disfrutar de esta nueva belleza de naturaleza recreada.
MYOUNG HO LEE
El problema de la representación, la realidad, el medio ambiente y el arte lo trabaja el artista surcoreano Myoung Ho Lee (1975), a través de su serie fotográfica Árbol hace que miremos a los árboles de uno en uno en su ambiente natural. Colocando una tela de lienzo blanco tras ellos, los aísla de su entorno induciendo al objeto a una representación escenográfica, en donde el árbol es el protagonista y la sábana blanca actúa como telón de fondo. Mediante esta instalación al aire libre, el artista nos limpia la mirada y nos convierte paisajes mundanos en objetos de meditación, para que apreciemos su belleza.
“Ya no estamos ante una fotografía de un árbol en su entorno, sino ante una fotografía que contiene, con el recurso del lienzo, una especie de guiño a la pintura que consigue desarticular un paisaje que, de otro modo, y aún representado, nos sería tan familiar que pasaría desapercibido.”*4
Ho- Lee realiza una lectura del árbol y la incluye dentro de la tradición de lo pictórico. Mediante la inserción de la línea de
horizonte, realiza una composición en la que sitúa a la figura del árbol en el término central de la imagen. Podría decirse incluso que introduce el término del cuadro dentro del cuadro tan utilizado por los pintores, dejándonos ver el espacio que se sitúa tras la imagen principal.
Mediente la introducción de este recurso, realiza una escenografía e interrumpe el paisaje para mostrarnos su particular teatro en el que prestar nuestra atención.
PAMEN PEREIRA
La artista Pamen Pereira (La Coruña, 1963) y su obra No hay orilla (montañas) de 1997, nos recrea la forma del planeta Tierra asumiendo una concepción de la forma como materia y maqueta, objeto y representación.
Aquí la artista nos construye un mundo frágil para que nos sirva como advertencia del cuidado y reflexión sobre nuestro futuro. En su obra Casa, palacio, templo, tumba, combina elementos como raíces, pasta cerámica y pan de oro.
El color dorado lo aplica sobre la forma de lo que parece ser una casa, otorgando así una simbología propia de la sacralidad clásica. El significado de esta obra se desvive por recrearnos un escenario donde se presenta a “la tierra como madre y como féretro, como símbolo de esa voluntad de existir a la que es difícil escapar.“*5
JOSE LUIS TIRADO
El artista Jose Luis Tirado (Sevilla, 1954), y su obra Espacio protegido 7 (1997 – 1998), ironiza sobre la posibilidad de reconstruir artificialmente lo que la técnica ha aniquilado. A través de una metáfora irónica desarrolla la idea de naturaleza construida y de la falsificación de lo natural.
JOAN FONTCUBERTA
(Barcelona, 1955) y su serie Orogénesis en donde el artista nos muestra diferentes recreaciones de lo que serían paisajes imaginarios. El artista realiza estos paisajes a través de un programa de ordenador que crea fotografías de montañas a partir de mapas de cotas de nivel y consigue crearnos territorios vírgenes que proporcionan sentimientos sublimes. Utiliza fotografías de paisajes rescatados de pintores célebres como Dalí y nos crea sus falsos paisajes a partir de paisajes creados mediante el dibujo o la pintura. El hecho de que estos paisajes se encuentren deshumanizados presagian la idea de destrucción del espacio natural por parte del ser humano y la idea de regeneración propia por fuerza natural. Hechos que se entroncan directamente con el pensamiento de Kiefer en lo referido a los ciclos de destrucción y reacción.
PEREJAUME
(Barcelona, 1957) como ejemplo de artista plástico comprometido con su entorno, destacan sus continuos esfuerzos por devolverle a la naturaleza lo que se le ha sido extraído.
El artista reconoce que si la naturaleza ha perdido su lugar, es el lenguaje el que debe devolvérselo, y puesto que el lenguaje también es pintura, ésta pasará a ser causa de naturaleza. “La idea de la naturaleza en sí como espectáculo, y del espectador como participante en un complejo diálogo entre ilusión y representación.“*6
El artista aboga por la exposición de su obra en escenarios desvinculados del arte. A través de la colocación de marcos dorados sobre el terreno, plantea el devolverle las imágenes a la naturaleza, es decir, lo que le ha sido extraído mediante representaciones pictóricas del paisaje, lo que él mismo ha denominado como “Despintura“. El artista construye auténticos escenarios teatrales, como los “site- specific“ que buscan enmarcar los paisajes representados.
Perejaume toma precisamente la posición del espectador romántico; en lugar de ofrecer al espectador global su propia obra, dirige la atención del espectador hacia la belleza de la naturaleza.
Con la colocación de estos marcos produce obras que se entroncan con los Ready-mades, al dirigir la mirada del espectador hacia los objetos que él mismo eliige, combina y nos presenta. Así “los ready-mades sublimes de Perejaume demuestran cómo funcionan los mecanismos culturales de la miniaturización y la transferencia, que prestan a la mirada la óptica
cultural adicional, que le permite ver lo sublime de la naturaleza.“*7
En Natura i signatura, nos muestra una obra que contiene una piedra y su copia exacta, en la que realiza guiños hacia la relación entre las representaciones teatrales y las pictóricas, haciéndonos ver que la realidad que visualizamos sólo es parte de una estrategia de engaño y percepción. Aquí, el artista nos muestra la posibilidad de un regreso a lo natural por medio de estrategias artificiales.
Mediante este ejemplo, el artista nos habla de una segunda naturaleza, como aquella que se superpone a la original inalcanzable.
Ésta será por tanto, aquella que se ofrece para ser contemplada como “un producto de la visión” , como es el caso de la piedra de la derecha que da nombre a signatura.
Bibliografía >>
*1 >>PENONE, GIUSEPPE, (Cat.) Centro Galego de Arte Contemporánea, Xunta de Galicia, Conselleria de Cultura, Comunicación e turismo, 22 ENERO 4 ABRIL 1999, p. 283.
*2 >>Ibidem. p. 12.
*3 >>DESASTRE NATURAL [en línea], http://desastrenatural.com[ citado en 2 de mayo de 2009].
* 4>>Ibidem.
*5 >>DE DIOS, ELOÍSA, “Pamen Pereira“, en El Cultural [ en línea], http://.elcultural.es [ citado el 20 de marzo de 2003]
*6 >>TUCKER, MARCIA, Perejaume. Dejar de hacer una exposición, (Op. Cit.), p. 82/h7>
*7 >>PEREJAUME, Ibidem., p.109./h7>
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Bilbao 1984
Comenzó sus estudios de LADE en el año 2002. Muy pronto se dió cuenta de que su verdadera vocación era el desarrollo de la creatividad a través de la pintura. Firmó su primer cuadro al óleo en 1997 y desarrolló su carrera profesional cursando la Licenciatura en Bellas Artes, en la Universidad del País Vasco, durante los años 2004 – 2009 y especializándose en la rama de dibujo y pintura.
Continuó su formación cursando un Máster en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, en 2010 y especializándose en Arte y Naturaleza.
Tras adquirir los conocimientos técnicos artísticos, se formó en metodologías didácticas a través de más de 25 cursos sobre metodologías didácticas en el aula.
Pintora y profesora de Creatividad y Artes plásticas en la escuela Kreártika a través de los cursos presenciales para niños/as y adultos.
Me apasiona la educación artística, y poder motivar en el alumnado el desarrollo de estrategias creativas que impulsen el desarrollo de obra original a través de cualquier técnica de dibujo y pintura.