Anselm Kieffer
- publicado por Veronica Domínguez Sánchez
- Categorías Construyendo paisajes
- Fecha mayo 10, 2020
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(Alemania, 1945)
El autor constituye un ejemplo del movimiento neoexpresionista alemán, que surgió como respuesta al cansancio del arte mínimal. Sus obras destacan por su pintura matérica y la simbología que acuña respecto al concepto del paso del tiempo, la ruina o la decadencia.
En sus obras incorpora signos que aluden al pasado cultural, ya sea a través de letras o nombres de personas. Su interés reside en rescatar el pasado de su nación para que no caiga en el olvido, y así se sirve de las ruinas para realizar una exhaltación de su nacionalidad.
La pintura de Kieffer incorpora elementos como puedan ser plomo, alambre, paja, ceniza y polvo entre otros. Materiales que aluden a una simbología asociada a los elementos de la ruina y el derrumbamiento. La representación del paso del tiempo se ve reiterada mediante el uso de yeso, carboncillo, palos pegados o tintes óxidos entre otras cosas.
Diversos materiales que encuentra a su paso, objetos como sillas pegadas al lienzo, o colillas de cigarros apagados sobre la misma tela le sirven como instrumento para sus composiciones. Los grandes formatos que utiliza, están cargados de expresivas y enérgicas pinceladas, en las que se condensan la solidez de la materia bajo numerosas capas, produciendo así el efecto de un bajorelieve.
Tras la visita a la exposición realizada en el Museo Guggenheim de Bilbao en el año 2007 comisariada por Gremano Celant, pudimos comprobar la majestuosidad de sus piezas. Nos llamaron la atención la obra de Camas para flores o los libros cósmicos, por la poética empleada en la metáfora de las obras. Utiliza frecuentemente los conceptos de destrucción y reacción para aludir al sentimiento de postración sufrido tras la Segunda Guerra Mundial.
El concepto de ruina que acuña el artista, a menudo se ve representado mediante el sentido del paso del tiempo y la resurrección del paisaje como ciclo de vida. Considera a la ruina como algo positivo y, necesario, para un nuevo comienzo de las cosas.
Esta obra presenta el sentimiento sublime ligado a pérdida del recuerdo del pasado. Tal y como asume el artista, “Observar el cielo nocturno es una forma de mirar al pasado”. Esta obra tiene un referente directo en cuanto a semejanza compositiva de la imagen en el pintor romántico Fiedrich.
En ambas imágenes asistimos a una representación sublime de una naturaleza grandiosa en la que el ser humano se encuentra empequeñecido. Kiefer nos lo demuestra mediante la contemplación del hombre tumbado hacia el cielo cósmico inabarcable, Fiedrich en cambio, lo resume mediante una contraposición de escala entre las partes.
Ambos autores tienen en común la nostalgia por la nacionalidad de su pasado, y sus representaciones estriban en una necesidad de plasmación del recuerdo vivido, para no volver a realizar los mismos errores.
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Bilbao 1984
Comenzó sus estudios de LADE en el año 2002. Muy pronto se dió cuenta de que su verdadera vocación era el desarrollo de la creatividad a través de la pintura. Firmó su primer cuadro al óleo en 1997 y desarrolló su carrera profesional cursando la Licenciatura en Bellas Artes, en la Universidad del País Vasco, durante los años 2004 – 2009 y especializándose en la rama de dibujo y pintura.
Continuó su formación cursando un Máster en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, en 2010 y especializándose en Arte y Naturaleza.
Tras adquirir los conocimientos técnicos artísticos, se formó en metodologías didácticas a través de más de 25 cursos sobre metodologías didácticas en el aula.
Pintora y profesora de Creatividad y Artes plásticas en la escuela Kreártika a través de los cursos presenciales para niños/as y adultos.
Me apasiona la educación artística, y poder motivar en el alumnado el desarrollo de estrategias creativas que impulsen el desarrollo de obra original a través de cualquier técnica de dibujo y pintura.